jueves, 1 de marzo de 2012

Larga vida al Rey

Peter Osgood, "King of Stamford Bridge"
El día en que se cumplen seis años de su pérdida, es obligación y deber recordar a Peter Osgood. Delantero letal e icono de la elegancia en el Londres más cool de los años 60. Genio y figura dentro y fuera del terreno de juego. Goleador letal que aportó 150 goles en sus 380 partidos con la camiseta Blue. Que abandonó las filas del club (1974) en un breve paso por SouthamptonNorwich Philadelphia Fury para volver años después (1978) y cerrar el círculo de su leyenda.

Desde su debut, en 1964, a los 17 años contra el AFC Workington en Copa (encuentro en el que anotó dos goles), Osgood engrandeció su imagen con una mezcla de altas dosis de clase, talento, garra y carisma. Un año después, ya formando parte del primer equipo, protagonizó una actuación histórica en el violento partido de Copa de Ferias conocido como “La Batalla de Stamford Bridge”, que enfrentaba al Chelsea contra la Roma y que los Blues ganaron por 4-1. Protagonista de rachas goleadoras hasta ese momento de desconocidas para el aficionado local, su “obsesión” por el gol iría incluso más allá de sus posibilidades, tal y como dejo constatado en un partido contra el Burnley en el que dejo tirados a los futbolistas rivales en medio de una carrera de sesenta metros hasta la portería para culminar. No entraba dentro de su estilo de juego, pero dicha jugada terminó de aupar a Ossie hasta los corazones de los más fieles del Chelsea, que lo apodaron “Mago de Os”.

Llego a estar incluido en la preselección de 40 jugadores para el equipo nacional, anunciada en abril de 1966, con posibilidades de asistir al Mundial que más tarde levantaría Inglaterra. Sin embargo, no fue incluido en la lista final de 22. El golpe más duro no iba a ser precisamente ese. En un partido de Copa de la Liga, el jugador del Blackpool Emlyn Hughes le destrozaría la pierna en una entrada que puso en serio riesgo su carrera. No pudo disputar, por tanto, la final de la FA Cup el 20 de mayo de 1967 que los Blues perdieron 1-2 ante el Tottenham Hotspur. Otro hubiese tirado la toalla. No fue el caso de Osgood que, contando con el apoyo del técnico Dave Sexton, volvió meses después con más fuerza que nunca para ayudar al equipo y seguir agrandando su figura. Incluso retrasando su posición a la de centrocampista, se destapó como llegador, alcanzando sus registros como delantero centro desde su nueva demarcación.

Otra de sus actuaciones memorables llegaría en la final de la FA Cup de 1970, en la que anotaría el gol crucial frente al Leeds United. Su cabezazo fue objeto de decenas de fotografías inmortalizando el gol. En ese momento ya había entrado en el club de los nueve jugadores que habían marcado en cada una de las rondas de la FA Cup (siendo el último en conseguir dicho logro). También fue crucial su aportación en la victoria sobre el Real Madrid en la Recopa de Europa un año más tarde, anotando uno de los dos goles del Chelsea en el partido de desempate.

Estatua en memoria de Peter Osgood
Su vuelta a Stamford Bridge fue breve y su aportación poco sonada, pero sirvió para cerrar merecidamente la carrera futbolística de un icono. Su apodo de “Rey de Stamford Bridge” no solo se atribuye a sus méritos sobre el césped. Su afable personalidad y su eterna sonrisa hicieron de Peter Osgood un hombre querido en su vida personal. Bastante querido también en la noche londinense, donde se codeaba en los garitos de King´s Road con personalidades de la talla de Mick Jagger, Steve McQueen, Paul McCartney o Raquel Welch, con quien tuvo un sonado romance.

Quizá ese ajetreado estilo de vida contribuyó, a la larga, a acelerar su envejecimiento, privándonos de su presencia a la edad de 59 años. Ossie falleció, víctima de un ataque al corazón, el 1 de marzo de 2006. Sus cenizas fueron enterradas bajo el césped de Stamford Bridge, en una ceremonia a la que asistieron más de 2.000 seguidores Blues, bajo el área del Shed End. Eternamente apreciado en el club de Fulham Road, su estatua preside con sobriedad las inmediaciones del estadio que le vio triunfar. En ella se recuerda: "Stamford Bridge tiene muchos héroes pero un único Rey, técnicamente muy agraciado, un delantero con mucho temple. Icono de los años sesenta. Adorado por los aficionados. Goleador inmortal y máximo anotador de las finales de Copa. Un gran hombre de una edad de oro". Larga vida al Rey.


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